8.12.15

Muchos se mueren. De repente. Sobre la marcha. Va uno por la calle y, de pronto, cae muerto. Se acuesta y ya no despierta. Le lleva unas flores a una enfermera y, de pronto, se le para el corazón. 
Esta gente se está muriendo, pero nadie les ha preguntado de verdad sobre lo sucedido. Sobre lo que hemos padecido. Lo que hemos visto. De los horrores. Pero yo le he hablado del amor... De cómo he amado.
-Lyudmilla Ignatenko por Svetlana Alexievich

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