11.4.13

Este lugar era otro lugar,

misma ciudad, pero las casas más altas. Muros muy blancos. Árboles, también elevados, sacudían en sus copas hojitas verde limón, verde oscuro. En calles solas, sin autos, tú y yo. Acuardábamos por un café frente a un negocio con ventana a la calle. Era un mediodía nocturno. Todas las rejas de las cocheras estaban abiertas. Pasaba el tiempo, nos volvíamos ciegos. No había lámparas mercuriales. Lo de arriba se tornó morado; todos los árboles, una sola estampa oscura. Sentimos frío en el porche de una casa, era casi media noche ahora. Pláticabamos. Nos metíamos a dormir.

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