...Son pequeñas diabluras de Satanás. Hacer que un personaje ridículo exponga la verdad es una forma de condenar esa verdad al ridículo y por lo tanto a la inoperancia.
Ernesto Sábato, Abaddon el exterminador
Hablamos de lo que significa no tener qué decir y no tener a quién decirlo. A una de nosotras le brillaron los ojitos, hizo sus maletas y corrió. Ella viste toda de blanco, usa mayas deportivas y una banda para el sudor de la frente. Ya agarró carretera. Se entrena para un maratón. En secreto, se dirige a la Patagonía. En secreto, también, lee los libros que están hechos para leerse en voz baja antes de dormir. Otra de nosotras cogió la cinta de medir y se dedica ahora a ganar espacio. A sentar bases: quiere edificar. Algo pequeño, que no se le caiga encima, y para mantener sus manitas inquietas muy ocupadas. Necesita gente alrededor. La otra, la tercera, tarda en reaccionar, algo está cocinando...
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