15.10.11

Tan sólo esto y chasquidos

Silent Twin- La venganza del camarógrafo

La/na/tu/ra/le/za/del/so/ni/do. Se va deslizando; deslizándose, va agarrando color. Mientras los bichos forman entre todos el 20% de la biomasa de este planeta: la casa decae. También el chorro de vino blanco va agarrando color y cae, cae deslizándose// Circula por la casa (que se cae) un aire secreto reservado para cierta hora// Sobre la mesa un florero, adentro, los tallos se pudren. El agua se vacía y de nuevo el chorro cae, cae y no sabemos qué tiene. Por qué las hojas adelgazan, por qué se enroscan. No sabemos por qué la flor se cae// De la noche cae el día, luego la oscuridad es plomo que completa el retorno. Oscuridad y luz son su motor: peso, contrapeso, sufridera, contrasufridera: caen: vertical lo horizontal// Sonido de metal de la estructura gigante cuando cae, cae pesada. Parte el piso. Se parten los huesos por el terror. Por una fórmula. ¿Qué pasa con tu cuerpo cuando cae? Cae pesado, jalado por los huesos, mientras que los órganos suben (caen a una velocidad más lenta) y la columna vertebral se estira, se separa vértebra por vértebra y eres casi un gato arqueándote hacia atrás. Un clavado. Una flecha. Entiérrate bien, de frente. Sobrepasa el límite. Ten filo. Ten una punta filuda y clávate. Clávate bien. Con gracia. También las flores se caen, las cabezas todavía vivas. Se despegan del tallo porque hace calor… y quedan decapitadas en el piso. Vivas, y me causan horror. Todavía siento que me miran, que me escuchan: Cuando vengo a cambiarles el agua y freno muerta de horror de ver las flores sobre el mantel, decorando sus propios tallos// G r i t a b a. Y me podían soltar. Salía a andar sola al amparo de los insectos comunicándose bajo mis pies. Entorno a mí. A causa mía. Indecisos a trepárseme, herir, salir de entre la yerba. La yerba que me complacía y se desenrollaba hasta tarde en la noche. Me descubría sola, muy pequeña y sin casa: metiendo la cara entre la malla metálica que obstruía el paso hasta la alberca municipal. Y unas palmeras altas. Y un aroma de bananos podridos. Y un rumor de bomba de agua, y una redonda luna curvando el cielo: destellos aceitosos en las hojas más altas, vibración tenue en el agua estancada…// Se sentía que era el final del sueño, flotábamos; ella miraba a la distancia y esta frase se repetía: La/na/tu/ra/le/za/del/so/ni/do.

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