3.10.11

este lugar era otro lugar

Misma ciudad, pero las casas más altas. Casi todos los muros muy blancos. Los árboles, también elevados, sacudían en sus copas hojitas por un lado verde limón, por el otro lado verde oscuro. Las calles solas, no había autos. En un restaurant, aguardábamos por el café. Las rejas de las casas estaban abiertas. Era un mediodía nocturno. Conforme iba cayendo la noche, nos quedábamos ciegos. No había lámparas mercuriales. En el interior de las casas, apenas un fulgor que provenía ni más ni menos que del calor de hogar. Ante la negra noche, de nubes moradas, los altos árboles sacudían sus oscuras ramas. Y tú y yo sentíamos frío, afuera en el porche. Era casi media noche, nos retiramos a dormir...

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